El Camino: A Breaking Bad Movie.
Al Norte, pero sin norte....
Así como haces una reunión de amigos, donde el alcohol comienza a hacer sus estragos a las dos horas, comienzas por arreglar el mundo y terminas produciendo secuelas o Biopics, que por muy buenas sean las ideas, el llevarlas a cabo trae consigo o la aceptación o el rechazo de parte de quienes la vean.
Entonces tenemos aquí, la manifestación ideológica de una junta de compinches que trazaron los bocetos de “El Camino”, tal como su titulo y en palabras simples, hablamos de una mala copia venida a menos de la magistral “Breaking Bad”, la que nos demuestra que todo este proceso de conjuración por parte de los productores, termino siendo una mala idea visual, y que no siempre termina siendo una buena idea. Pensemos un poco, por ejemplo, el hecho de llevar a cabo Serenity en el año 2005, que fue una secuela cinematográfica de la cancelada serie de Fox “Firefly”, no tuvo buena acogida por los fans, más atrás aún, Star Trek la película del año 1979, a pesar de su majestuosa banda sonora (John Williams) y los maravillosos efectos especiales, tampoco fue un éxito, entonces, teniendo en claro estos precedentes, era claro que revivir una ópera que estaba bien muerta no era “El Camino”.
Su historia en sí, puede ser correcta, así como también sus diálogos, pero falla en forma magistral al no darle ni pies ni cabeza a la ambientación y la atemporalidad sometida a la fuerza en ella, aunque se basa repentinamente en el escape de Jesse Pickman (Aaron Paul), converge que durante el paso de la película solo se mantiene de forma lenta y soporífera, con unos gags que rompen de mala forma la seriedad de algunos momentos, y que simplemente lleva una línea argumental demasiado mal y la lógica de la idea es por lejos lo mas ilógico que se haya visto en televisión.
A parte de todo esto, ¿Puede haber algo peor?, si, el largo tiempo que pasa entre la emisión del último capítulo de Breaking Bad (2013) a El Camino (2019), si bien seis años no es nada, en su protagonista hizo estragos, con un notorio aumento de peso y mas arrugas que al parecer ni siquiera fue contemplado en el presupuesto de maquillaje, de hecho hay una escena donde esta con Walter White en un restaurant, el actor Aaron Paul, interpretando a su personaje (Pickman), tuvo que llenarse la boca con comida para justificar sus regordetas mejillas.
En fin, para bien o para mal, ya no valen las advertencias, la película se hizo, se estreno y se vio, quizás no de la forma que su producción quería, pero lograron por lo menos acrecentar la leyenda de su predecesora y que a su vez reprocha de forma y fondo lo que Hollywood está llevando a cabo las ideas, hacia un norte sin norte.
Pero esa es otra historia………..