Ellos vienen por ti

Prohibido recordar.

Pericles el olímpico.

Como actuamos  de manera racional, ante la perdida de un ser amado, como afrontar sus pesares, dolor, angustia, sin la intervención de píldoras ni tratamientos, claro, sopesando la llamada perdida del balance mental, la que se nos presenta en el punto de inflexión de morfeo, acaso los mas andrógenos recuerdos de quienes alguna vez tuvimos cerca. Solo por la necesidad apelamos a la hegemonía del ser, para así también evitar la proliferación de estas oscuras pesadillas, la que nos amarra y atormenta, a veces simplemente de manera intempestiva y otras de forma rumiante y permanente y que convive con lo mas profundo de nuestra mente, al punto de creer ciertamente que es algo nuestro y que esta arraigado.

Sin animo de despreciar este cotejo, estamos en presencia de una historia muy común entre los cineastas, aunque no deja de ser interesante en materia de buena elaboración, bien presentada y ademas bien actuada, mostrando ese toque siniestro de algunos de sus personajes y la condescendencia de sus protagonistas, los que nos lleva a pensar que se apelo mas a los pergaminos de los actores que a la historia en si, a su vez que la idea principal parece no mas que una historia fatigada a través del tiempo.

Ahora, hablando del grosso modo, la película redunda en la vida de Peter Bower (Brody), un psicólogo que afronta la muerte de su hija Evie, que afecta paulatinamente la relación con su esposa Carol (Baird) y también en su trabajo, que no le permite poner atención necesaria a los pacientes con problemas, lo que para el significa un drástico giro en su vida cuando ademas aparecen los fantasmas de su pasado atormentándolos por algo aun peor que le sucedió durante su infancia.

La opera tiene un transcurso lento, sin mayores sorpresas e intervenciones en sus primeros veinte minutos, siendo un poco majadero en esto, el director apelo a los grandes pergaminos de sus protagonistas y algunos de soporte, para precisamente hacer olvidar al espectador el tedio de su narración y la presentación de su argumento, es por esto, que no es una historia hecha para saltar del susto, tampoco para tener emociones durante el momento, aunque reconozco que de alguna u otra forma, logra mágicamente mesmerizar, lejos del tenor de la lentitud y perpetua rutina argumental que se coteja y que en este tipo de género es casi un tema frecuente, tan frecuente como tener un amigo rancio en las comedias americanas.

Si comparamos un poco, el Sexto Sentido de Shyamalan, que tiene en su repisa muchos palmares incluyendo los de la academia, es mucho mas lenta y mas plana que esta, pero donde estaba la sorpresa, en su final, que logro despertar al publico precisamente en los últimos diez minutos de película. Acá es casi igual, aunque ya al publico no se le puede insultar con cintas de este estilo, pues saben muy bien donde están las piezas faltantes de este puzzle cinematográfico, pues es algo con lo que venimos lidiando también con Christopher Nolan.

Siendo un poco mas objetivos, este tipo de historias no es apta para la pantalla grande, quizás la razón por la que se hayan demorado tanto en su estreno, se pierde la esencia de la historia con facilidad, tal vez disfrazado con el bello entorno de Australia (país donde se filmo la película), una pena pensando en la perdida de tiempo de los nombres que participan de esta obra, que, les advierto, si van a verla, lleven una almohada y despierten casi al final.

Pero esa es otra historia…

Nota
Dirección: 6.1
Guión: 5.0
Argumento: 6.8
Música: 7.0
Vestuario: 6.9
Efectos Visuales: 5.0
NOTA FINAL: 6.1
Ficha
Título: Alguien viene por ti (Backtrack)
Año: 2015
Director: Michael Petroni
Guionista: Michael Petroni
Productores: David Evans, Antonia Barnard, Phil Hunt, Compton Ross y Jamie Hilton.
Compositor: Dale Cornelius
Reparto: Adrien Brody, Sam Neil, Bruce Spence, Janni Baird, Robin McLeavy y Chloe Bayliss.