Amigos de armas.
Monos con navaja.
Siendo realmente sinceros, estamos en frecuente presencia de el verdadero estilo del cine, no más adecuado al sincronismo gubernamental impuesto por las grandes casas comerciales del séptimo arte, el que amen de llevar una competencia sana (En sentido figurado), también establece parámetros de la contienda que al ser desigual, pero igual (Refiriéndome al dinero gastado), tenemos finalmente un producto que sale al mercado al mejor estilo de remate, porque?, simple, ahora el pensamiento solidario de sus agentes es gastar menos y recibir más, dejando de lado la calidad artística o incluso la evolución en materia tecnológica de los grandes avances en el cine.
Esta ópera está basada en un artículo (Si, leyó bien), de la revista Rolling Stone, del periodista Guy Lawson y que cuenta una desventura (Real) de dos tipos que aprovechando la guerra con Irak, entregan concesiones a pequeñas empresas con el fin de tener contratos militares, ahora los problemas pasan cuando por ganar 300 millones, deben armar un ejército Afgano.
Donde está el peso en la historia, en sus protagonistas, uno nominado al Oscar (Jonah Hill) y además talentoso en la comedia y el otro un actor que hace rato viene en boga (Miles Teller), pero finalmente dado por su realismo y química en pantalla, el guion termina siendo solo una novela de bolsillo, quizás dado por las exigencias del publico de hoy, la historia sigue siendo la típica real trending comedy, es decir, de esas que hacen reír a costa de sucesos reales y que se encuentran en boca de todos hoy en día, lo que hace que su lenguaje sea universal y sin jergas americanas.
Su reparto (Salvo por sus protagonistas), carecen de sorpresas, la aparición de Bradley Cooper es más bien un favor al director que un personaje de soporte, también está el tema de sus vacios argumentales, aunque muy pequeños, que pasan de manera tan rápida que si te das cuenta piensas “Y eso??” y sino finalmente ni cuenta te darás.
La finalidad de entretención y pasar el rato la cumple a cabalidad, los protagonistas finalmente están como los salvadores de una religión, que más bien parece un matinée que una película de estreno.
Pero esta es otra historia…